Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1). Hoy en día, leer o comprender acerca de la fe, se ha convertido en un tema sensible por el ambiente y el ánimo que nos rodea. Pero, a veces, pensamos que estar aliados a ella no es suficiente. Y es así, no es suficiente, pero sí es lo único que te garantizará prevalecer, conquistar y avanzar. Es mi sentir hablarles, en esta oportunidad, de algo que ciertamente es intangible, que no podemos ver, que va más allá de lo metafórico (en el sentido que nos pueda permitir mover montañas o hacer milagros). Hoy quiero acercarte una herramienta de vida necesaria para vencer en medio del caos. Es, pues, la fe la capacidad de guiarte por lo que crees y no por lo que ves. Puedo hablarles de la fe de grandes hombres de la historia, como el expresidente sudafricano Nelson Mandela, cuya convicción en su sueño de un África distinta no claudicó en el transcurso de los 27 años tras las rejas de una prisión. Creyó en la visión que tuvo de África. Y nunca permitió que las circunstancias le arrebataran su sueño. Un sueño que cristalizó y la humanidad reconoció. También, el gran líder Nehemías, cuando se propuso restaurar los muros de su nación. La hostilidad que le acechaba nunca venció su fe. Por el contrario, creyó en su sueño de tal manera que consideró las vicisitudes parte del forjamiento de su visión. Ahora bien, hay algo importante a considerar. Y es, que tu sueño o visión, aquello que esperas, debe ser lo correcto para ti. Lo que está alineado a tu espíritu. Lo justo, lo que te lleva a un nivel distinto de vida, donde no solo te beneficias tú, también se benefician aquellos que te rodean. Estos elementos, activan en ti la fuerza de la fe por sobre todas las cosas que vengan en contra. Esto quiere decir que, quizás, hemos perdido la fe en muchas cosas que esperábamos y nunca llegaron. Suele suceder cuando fijamos nuestras expectativas en algo que, definitivamente, no era lo mejor ni lo más acertado. O, seguramente, nuestra espera estuvo fuera del tiempo destinado para que se cumpliera. Desarrollar la capacidad de guiarnos por lo que creemos es pactar con nosotros mismos, con el espíritu de lo que quiero, de lo que diseño y, sin detenerme, construyo. Sé que confiamos en ver una Venezuela Nueva, creo que así será. He pactado con esa realidad que está unida al sueño de muchos. Las circunstancias actuales no dan lecturas alentadoras. Lo que vemos no dibuja ningún parecido a lo que muchos hemos soñado. Pero, no es en lo que vemos donde debe radicar nuestra fuerza. Nuestra fuerza radica en lo que creemos y perseguimos. Los tiempos que transcurrimos forman parte del proceso de una nación donde aprenderemos a renacer y resplandecer en medio de la oscuridad. Nos haremos fuertes y los errores del pasado nos habrán dado grandes lecciones de vida. En tal sentido, no desmayemos. Sea fortalecida nuestra fe. Sea ésta quien nos brinde el aliento y la firmeza en tiempos difíciles. Creer en una Venezuela nueva tiene mucho que ver con cuanto creemos en nosotros mismos.
Francisco Flores S.
Presidente FVN-EGLR.
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